”¿Cuándo fue la última vez que lavaste tus manos? Repasemos la importancia de este hábito en la salud, pues es clave para evitar las enfermedades en esta temporada invernal que está por llegar.
El virus que ocasionó la pandemia del COVID-19 nos recordó que diariamente nos exponemos a microorganismos sin darnos cuenta. Por ello, una de las medidas preventivas que más se promovieron fue la higiene de manos, pues constantemente nos tocamos los ojos, la nariz y la boca, pero también palpamos un sinnúmero de superficies, llevando y trayendo microorganismos que afectan la salud. Además, debemos considerar las veces que nos sonamos la nariz cuando nos enfermamos de las vías respiratorias o la cubrimos al toser o estornudar.
“La pandemia vino a reforzar este hábito que solemos hacer en ciertas circunstancias para evitar enfermarnos, como antes de comer o después de ir al baño, pero ya vimos que sí influye mucho más en la vida de las personas”, explica Cristóbal Hernández, coordinador de Vigilancia Epidemiológica del Hospital Clínica Nova.
“Los virus y las bacterias están ahí. Sí hay una mayor conciencia de que hay que lavarse las manos, pero hay que desarrollar este hábito al 100% porque todo el tiempo tocamos superficiales, entramos y salimos de lugares; al final de cuentas, no solo es para evitar el COVID-19, otra epidemia o un brote, es para evitar muchas enfermedades”, agrega.
De acuerdo con estudios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, el aseo correcto de manos puede reducir al menos 20% la posibilidad de contraer enfermedades gastrointestinales y respiratorias.
Y es que la higiene en esta parte del cuerpo es el método más efectivo para combatir la propagación de enfermedades. El especialista recordó que desde 1847, con estudios a nivel hospitalario, quedó demostrado que este hábito es indispensable para la disminución de infecciones.
“Es el mejor método de protección en cuanto a costo-beneficio para proteger la salud, pues solo se requiere tener al alcance agua y jabón”, indica.
La limpieza de manos es fundamental dentro y fuera de casa, sobre todo, antes, durante y después de preparar y consumir los alimentos, al enfermarnos o cuidar a alguien en casa, al tratar una herida, al cambiar pañales o limpiar a un niño que haya ido al baño, al tocar a nuestra mascota o a un animal y al tirar la basura.
También, al hacer uso de la computadora y el teléfono móvil (este último puede albergar más de 600 bacterias y estar más contaminado que la tapa de un sanitario), tocar el pasamanos al subir o bajar escaleras, al abrir puertas o trasladar el carrito del supermercado.
No se necesita que las manos estén manchadas o se vean sucias, tampoco existe un número mínimo de veces al día para “cumplir” con su aseo: con el simple hecho de cambiar de actividad y entorno constantemente hay que lavarse las manos.
Los niños, por ejemplo, quienes hacen sus actividades sin saber ni preocuparse si se enferman o no, desarrollan el lavado de manos al ver una y otra vez que los adultos lo realizan. Es ideal es que los niños lleguen al kínder con el hábito y que lo hagan de manera automática.
Otra acción que aplica a todos es tener a la mano el gel antibacterial, que se ha convertido en un elemento más que se carga en la bolsa o mochila y que se tiene tanto en casa como en los espacios públicos. Éste es un complemento para el aseo de manos, especialmente cuando no se tiene acceso a agua y jabón. Su función es desinfectar y debe contener al menos un 60% de alcohol.
“Hay que recordar que estamos entrando a la temporada de enfermedades respiratorias”, insiste Hernández. “El que no haya emergencia sanitaria por COVID-19 u otro virus no indica que no existan bacterias, están presentes en nuestra vida, así que la higiene de manos debe ser una constante de vida, hay que ponernos ese chip y disminuir la exposición”.
Paso a paso del aseo
Pon en práctica la técnica correcta para el lavado y la desinfección de manos.
- Mójate las manos con agua antes de colocar el jabón. Usa la cantidad necesaria del vital líquido y cierra el grifo. En caso de utilizar el gel antibacterial, aplicar una cantidad generosa.
- Frótate las manos, las palmas y el dorso, entre dedos y al final sus puntas, con el jabón hasta hacer espuma por un tiempo de 45 a 60 segundos. El gel se esparce de la misma manera hasta que las manos se sientan secas (unos 20 segundos). Evita quitarlo con una toalla antes de que se evapore para que no pierda eficacia.
- Enjuágalas bien con agua limpia.
- Sécalas con una toalla limpia o al aire.
Foto de Ketut Subiyanto