Skip to main content

Foto de Pavel Danilyuk

¿Estresados por iniciar un nuevo ciclo escolar? Haz de esta experiencia un grato momento familiar preparándote con estos tips que nos brinda el Hospital Clínica Nova.

Además de los cambios en las actividades de casa y el aumento en el tráfico en la ciudad, el regreso a la escuela representa para muchos niños, jóvenes y sus familias una vivencia caótica y agotadora que incluso se puede alargar al resto del año. Para evitar este suceso, es necesario que las familias promuevan buenos hábitos que impulsen a los alumnos en su desarrollo físico, mental y académico, así como su integración social y su aprendizaje.

En este sentido, padres de familia, maestros y directores deben hacer equipo con los menores para sacarle el mayor provecho a la escuela, así como asumir las responsabilidades y beneficios de la misma.

“Es bien importante recordar que venimos de una pandemia donde faltó la socialización y se presentó un rezago en el aprendizaje en cuanto a las cuestiones académicas”,
“Ahora nos estamos reintegrando a las actividades, y debemos platicar con los hijos y brindarles la confianza en la etapa que van a vivir, hablar de las bondades de la educación y la convivencia con otros niños o jóvenes de su edad”.

Explica Roberto Treviño, Pediatrics Manager Nova.

Inicia el desapego

Uno de los grandes causantes del estrés del inicio de clases es el proceso de separación de los niños de su casa y familia después de un largo periodo vacacional, sobre todo en los más chicos y para quienes lo van a vivir por primera vez. En este caso, lo mejor que hablar con ellos sobre lo que ganarán yendo a la escuela; también ayuda que se familiaricen con las instalaciones escolares, ya sea visitándolas previamente o circulando cerca de ellas.

 

“Hagan ensayos, por ejemplo, que el niño quede al cuidado de un familiar para que poco a poco viva la separación y no se quede llorando en la puerta de la escuela. Esta actividad también servirá a los papás que de la misma forma resienten esta separación”, dice el especialista.

Foto de Pavel Danilyuk

Retoma la rutina del sueño

Otro de los factores que afectan es la falta de horarios, pues en las vacaciones todos aprovechan el descanso hasta tarde o se desvelan jugando videojuegos o viendo series: es decir, la mayoría de los días son “sábados o domingos”. Lo ideal es que la semana anterior a iniciar el ciclo escolar se retome la rutina del sueño.

 

“Los niños requieren 8 horas de descanso y el sueño influye mucho en su desarrollo, pues durante la noche se activa la hormona del crecimiento y otras funciones hormonales. También sabemos que durante la noche el cuerpo se ‘resetea’, se limpia, además de que con esto evitamos que se anden durmiendo en clase”.

Cuida su alimentación

Sabemos que muchos papás trabajan y a veces se les dificulta preparar un lunch a los niños, optando por comprar frituras, jugos, leches u otros alimentos en el camino a la escuela. El problema es que la mayoría de éstos no son saludables y a la larga cobran una factura en su salud.

Treviño insiste en que el niño debe consumir un buen desayuno, el cual debe incluir un proteína. Algunas buenas opciones son el huevo o un sándwich con fruta y verdura, sin olvidar el agua para su hidratación.

 

“Deben ser alimentos y bebidas que les aporten nutrientes y les den energía, que aumente su capacidad de interactuar, de brincar, de correr. Si no sabemos qué darles o queremos hacerlo mejor, acérquense con su pediatra o un nutriólogo para ser asesorados”.

Ojo con la mochila

Treviño recuerda que los niños aún se encuentran en su etapa de desarrollo físico, por lo que una mochila pesada puede ser perjudicial al provocar dolor o vicios en la postura, y problemas de columna, cuello y hombros.

 

¿Qué hacer? El IMSS recomienda que las mochilas tengan correas anchas y acolchonadas, que no deben ser cargadas más de 15 minutos y que su peso debe ser menor al 15% del peso corporal de quien la porta.

“También hay que evitar que la carguen en un solo hombro: el peso debe distribuirse y si se le dificulta, es mejor optar por una con ruedas. Si vemos que el niño se ladea, batalla para cargar o se agita mucho, estamos frente a un exceso de peso que hay que atender de inmediato”, indica.

Foto de Sarah Dietz

Fomenta la actividad física

El sedentarismo es un estilo de vida de inactividad al que chicos y grandes se han adaptado muy bien. Lamentablemente, es también la raíz de muchos problemas de salud presentes y futuros.

 

En el caso de los niños, explica Treviño, éstos requieren que su cuerpo se mueva porque motiva el desarrollo del cerebro y mejora la coordinación. Es imperativo que los menores hagan actividad física al menos de 30 a 40 minutos al día, no importa si es a través de un deporte formal o en acciones como correr, caminar o saltar mientras juegan.

 

Insiste en la higiene

Aunque se ha retomado la normalidad de las actividades tras la pandemia, los hábitos de higiene llegaron para quedarse. El lavado de manos con jabón es una práctica de salud muy efectiva que evita el contagio de enfermedades y la propagación de infecciones, además que elimina microbios que pueden entrar al cuerpo. 

 

“El COVID no se ha ido y sigue circulando entre la población”, reitera. El aseo debe ser siempre antes de comer y después de ir al baño. Si no se cuenta con agua y jabón, se pueden utilizar geles de alcohol cuantas veces sean necesarias.

 

Treviño invita a poner atención a la salud física y mental de los estudiantes. Si el menor presenta algún cuadro respiratorio, por ejemplo, es preferible que se quede en casa con los cuidados correspondientes y se busque la atención médica. También si el estudiante presenta algún cambio de comportamiento se debe buscar la orientación profesional para su atención. 

 

“Con la falta de socialización podemos enfrentarnos con niños que están más agresivos que otros o que tienen miedos. Vean cómo se comportan sus hijos, estrechen la relación con ellos y ayudémosles para facilitar su convivencia y el aprendizaje. El éxito escolar es un trabajo de todos”, finaliza.