”El director Médico de la Clínica Nova analiza cómo se desarrolla la enfermedad de COVID-19 con la variante ómicron, la cual es altamente transmisible.
Al igual que sus colegas del sector salud en todo el mundo, el doctor Miguel Sanz lleva dos años de trabajo intenso desde que el virus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad de COVID-19, se comenzó a propagar. Desde la dirección médica de la Clínica Nova en Monterrey (México), y a la cabeza de los equipos médicos de Ternium, sigue con atención las investigaciones e informaciones médicas para actualizar los protocolos de salud y seguir haciendo de las plantas y oficinas lugares seguros para trabajar.
El Banco Mundial alertó este martes que el crecimiento global previsto para este 2022 podría ralentizarse debido a los efectos de ómicron en las personas y, por ende, en las empresas y cadenas de suministro.
Y desde el punto de vista médico hay razones para alertarse, adelanta Sanz. “De los virus de los que tenemos información, la variante ómicron es de los de más rápida transmisión en la historia. Esto es más que una ola, hay que controlar el tsunami de infectados que tenemos en nuestros países”, afirma.
“A mayor transmisión, habrá más gente enferma y la probabilidad de que se hospitalicen y lleguen casos graves. Por otro lado, tenemos gran porcentaje de profesionales de la salud que se están enfermando. Podemos entrar en un círculo vicioso con una gran cantidad de enfermos y sin personal sanitario disponible para atenderlos. Por eso es importante cortar en la medida de lo posible la transmisión. Si no paramos esta transmisión, los servicios básicos e indispensables, como el suministro de alimentos, recolección de basura, servicios sanitarios, van a tener problemas porque no va a haber gente disponible para trabajar”.
Apela directamente a las personas: “No podemos bajar la guardia, tenemos que usar cubrebocas N95 (obligatorio en las instalaciones de Ternium) y evitar aglomeraciones. En esta ola estamos viendo que tenemos núcleos familiares completos afectados, hay un ritmo muy alto de transmisión. Ómicron tiene 3,2 veces más posibilidades de causar una infección en el hogar que la variante delta”.
–Los medios han reportado que con la variante ómicron la enfermedad es más leve. ¿Puede aclararnos por qué entonces debemos seguir alertas?
–Este es el virus más transmisible de la historia. El tiempo que transcurre entre que la persona se contagia y puede empezar a transmitir el virus a otro es de 4 a 5 días, en promedio. La mortalidad cambia, es menos mortal que la variante delta, pero ómicron no respeta estado de vacunación. Tenemos un gran porcentaje de gente infectada que ya tiene la vacuna, muchos pacientes llegan al hospital pero no a la terapia intensiva.
–¿Esto quiere decir que las vacunas están siendo efectivas?
–Las vacunas están previniendo que las personas contraigan una enfermedad grave, que las lleve a cuidados intensivos. Muchos de nuestros países en Latinoamérica tienen una alta tasa de vacunación, esto nos está protegiendo de la enfermedad grave, por eso hay que completar el esquema de vacunación. Y la tercera brinda una amplia protección contra la hospitalización y la muerte. Ahora bien, si quisiéramos prevenir la infección, habría que buscar un ajuste en la vacunas para que se ajusten a las diferentes variantes. En eso están trabajando los laboratorios, Pfizer anunció recientemente que podríamos tener una vacuna que proteja ante ómicron hacia marzo.
–¿Cómo cursa la enfermedad por la variante ómicron una persona vacunada en comparación con una no vacunada?
–Este virus infecta y se replica hasta 70 veces más rápido en la vía respiratorias superior en comparación con la variante delta. Esto significa que las personas infectadas tienen mucho más virus en nariz y garganta esperando ser expulsado al aire cuando exhalan, hablan, tosen o estornudan. Al contagiarse, quienes están vacunados van a experimentar antes los síntomas, en apenas dos o tres días, porque es la reacción inmunitaria que genera el organismo al entrar en contacto con la enfermedad. Y se prevé que tengan síntomas leves hasta los 6 o 7 días. Una persona vacunada genera síntomas tempranos que luego van a desaparecer, pero eso no significa que no transmita el virus, sigue con la carga viral aunque no tenga los síntomas. Por eso es tan importante que todos sigamos usando el cubrebocas.
En los no vacunados toma más tiempo para que el organismo reaccione y tenga síntomas, los presentan por lo general a los 4 o 5 días. Van a experimentar los síntomas de la reacción vírica por varios días. Si bien puede ser un cuadro menor, hay que seguir las medidas. No olvidemos que hay gente que sigue llegando a los hospitales y sigue complicándose. Las cifras en Estados Unidos, por ejemplo, siguen sobre las más de 1,700 defunciones diarias. La variante ómicron es entre 20% y 50% menos letal que la variante delta, pero ninguno de nosotros debería correr el riesgo de infectarse, tenemos que recordar que existen poblaciones vulnerables que, a pesar de haberse vacunado varias veces, no desarrollan anticuerpos neutralizantes y, por lo tanto, presentan un mayor riesgo de enfermedad moderada a grave. Además, que hasta el momento, los niños no se han vacunado y son una población en riesgo.
–¿Cuál es la importancia de vacunar a los niños en este contexto?
–Los niños todavía no están vacunados en muchos de nuestros países y siguen siendo vulnerables al virus. La gente tiene la idea que los niños se complican menos, pero a nivel mundial están subiendo las hospitalizaciones de pacientes pediátricos. A nadie en su sano juicio le gustaría llevar el virus a su casa o infectar a su hijo.